lunes, 11 de abril de 2011


Pretendo ,  inicialmente,  mediante  las  imágenes  de  mi  atlas  el  recalcar la situación actual de la sociedad barcelonesa.  Sociedad  en  la  que  conviven  más  que   en  ninguna  otra dos posturas opuestas frente a la tauromaquia.
Identificados  unos  con  un  animal  con  el  que  se  nos  reconoce  nacionalmente y otros con otro que por cercanía o simplemente por recelo han adoptado como icono.
Quiero  plasmar  la  triste  imagen  actual  de  la  plaza Monumental,  la cual,  como prejubilado amante  de  su  eterna   vocación   ve   ahora   pasar   el   tiempo   de  manera  distinta,  vacío,  lloroso,  inútil  e  inmovil  ante  la compasiva mirada de quien siempre ha estado a su lado.
En  una  ciudad  donde  se  apuesta  por  las  nuevas  tecnologías,  por  l actuación sin miedo, le  auguro  a  la   Monumental   su     desnudamiento,  el  sacarle  el  traje  de  luces  y  respetar únicamente la esencia de la misma de manera que ambas partes enfrentadas de la sociedad puedan formar parte de su futura existencia.